Asumir que la empresa es un ser viviente, con identidad propia, trascendencia, propósito y personalidad, me permite deducir que ella puede aprender y desaprender, al encontrarnos inmersos en una realidad donde lo único constante es el cambio.
Concibiendo a las empresas como un ser vivo, el proceso de consultoría se desenvolvió como las etapas de diagnóstico y tratamiento médico para una serie de síntomas, de lo que llegaría a llamar una “Enfermedad Empresarial Aguda” en gran parte de los casos.
Te invito a conocer las 7 Enfermedades Empresariales, arrancando por el entendimiento de cómo funcionan y qué las va deteriorando en su salud.
Las Empresas como Seres Vivos
Si hiciéramos una comparación entre una empresa y un ser vivo, encontraremos que los seres vivos son una agrupación de células con funciones definidas en las que se puede observar división y especialización del trabajo, donde Ramiro Calderón ejemplificó los siguientes:
1. Sistemas de transmisión de datos e información (sistema nervioso, sistema endócrino y linfático), y
2. Sistemas de transporte de insumos, productos terminados, combustible, desechos, etc. (sistemas digestivo, circulatorio, respiratorio, urinario, etc).
Y todos los esfuerzos realizados por sus diversos sistemas apuntan a la misión de mantenerse vivo, crecer y reproducirse.
De allí que, tenemos el deber de concebir a la empresa de la misma manera, procurando siempre que esté correctamente asistida, coordinada y nutrida para evitar que deribe en algunas de las 7 Enfermedades Empresariales.
Cuando un empresario celebra un aniversario de constitución de una empresa y mira hacia atrás, se da cuenta de cómo puede cambiar con los años. Las organizaciones son como las personas, evolucionan con el tiempo, y al igual que los humanos, si los sabemos “educar” y adaptar a cada circunstancia en su ciclo de vida, el rendimiento y los resultados variarán significativamente, al igual que su viabilidad.
Así también, debemos entender que al igual que en los seres vivos, todos los sistemas dentro de una empresa son importantes; ninguno debe ser desatendido, para que el conjunto trabaje eficientemente.
Pero resulta que siempre los empresarios ponen el foco en la producción y las ventas por sobre todas las cosas, invierten todo su tiempo y recursos en desarrollar aquellos departamentos en detrimento de los demás; y allí es donde empiezan los problemas. Para detectar las flaquezas a tiempo, antes de que las consecuencias deriven en situaciones irremediables, debemos analizar en qué etapa de su vida se encuentra la empresa. Recordemos que las empresas son seres vivos y van quemando etapas al igual que ellos, y cómo podemos diferenciar cada una de esas etapas?
Las Etapas del Ciclo de Vida de las Empresas
El ciclo de vida de una empresa es el proceso por el cual pasa, a lo largo de su vida. Todas las compañías (y proyectos) tienen un inicio, un desarrollo y un resultado, que dependen principalmente de las decisiones que se hayan tomado al principio. Si se consigue un resultado favorable, las empresas pueden llegar a alcanzar una madurez y un crecimiento sostenible.
Podemos distinguir en todas las empresas, las siguientes etapas o fases:
1. Etapa de la Niñez o Introducción (Introduction): Es la etapa de la exploración, donde se van haciendo las pruebas y se aprende rápidamente adaptándose a las rudezas del arranque. Prácticamente todo es improvisación, no se tienen reglas ni procesos y necesariamente se requiere de un mentor, que nos dé sustento en los procesos y en las finanzas. Sus características son:
- Un lento crecimiento de la demanda, ya que la empresa acaba de empezar.
- Gran necesidad de inversión, debido a que se necesita para desarrollar el producto o servicio y para aumentar la demanda.
- Riesgo alto del cierre de la empresa ya que es un proceso lento y se invierte mucho dinero.
2. Etapa de la Adolescencia o Desarrollo (Growth) : Acá notamos el crecimiento exponencial de la empresa y van también creciendo los problemas, pero como con todo adolescente testarudo, el empresario y su equipo creen que lo saben todo y que no podrán equivocarse. Y termina sucediéndose los errores, uno tras otro. Esta etapa se caracteriza por:
- Un crecimiento rápido, ya que la demanda aumenta con nuevos clientes y un modelo comercial desarrollado.
- La probable competitividad en precios, que puede reducir los márgenes de la empresa.
- El objetivo de alcanzar economías de escala, que permitan ser altamente competitivos en el mercado.
3. Etapa de la Adultez o Madurez (Maturity): Tal y como dice el dicho “hijos chicos problemas chicos, hijos grandes problemas grandes”, en la etapa de la adultez ya no se dispone de los protectores que den el sustento financiero y de gestión, y se caracteriza por:
- La consolidación de la cartera de productos de la empresa, con una demanda y precios estables.
- Una reducción del crecimiento que lleva a intensificar la competencia con las empresas rivales, la captación de nuevos clientes suele ir de la mano de la pérdida de estos por los competidores.
- Incremento de las barreras de entrada y/o adquisición de potenciales competidores.
- Máxima rentabilidad, los inversores obtienen rendimiento de la apuesta por el modelo de negocio de la empresa.
4. Etapa del Adulto Mayor o Declive (Decline): El declive es la última fase del ciclo de vida de una empresa, en la que el modelo de negocio va perdiendo interés y clientes en el mercado y debe ser sustituido. Se caracteriza por:
- La innovación propia o de terceros habrá dejado obsoleta nuestra cartera de productos y/o servicios inicial.
- El decrecimiento de las ventas debido a la pérdida de clientes.
- Altos costes fijos y de reestructuración de la empresa.
- Progresiva disminución de la rentabilidad de la empresa, necesidad de buscar nuevos
Una de las fórmulas para poder preservar el ADN del negocio es crear “empresas hijas”, una nueva empresa independiente que inyecte nuevos aires al equipo.
Las 7 Enfermedades Empresariales
Siguiendo con este interesante análisis, de las analogías entre seres vivos y empresas, pasaremos a nuestro tema medular: estudiar las 7 enfermedades empresariales; porque de la misma manera en que ser vivo enferma, también las instituciones sufren diversas patologías, como ser:
- Exceso de peso: la obesidad también se da en las empresas. El exceso de crecimiento, normalmente en fases de bonanza económica o sectorial, suele traer consigo un exceso de grasa, que en el caso de las empresas se traduce en gastos generales y pérdida de productividad. Adelgazar la estructura a veces no es fácil, por no hablar de los efectos secundarios que puede tener en el clima o la imagen del negocio.
- Depresión: la gran enfermedad silenciosa que padece nuestra sociedad, y por lo tanto nuestras empresas. Tristeza, desánimo, incapacidad para hacer frente a cambios necesarios, que hacen que los miembros de la empresa permanezcan inmóviles esperando su triste final. Una falta de motivación y de una correcta cultura de empresa, puede ser la fuente del problema.
- Miopía: o la falta de visión de hacia dónde tiene que dirigirse la empresa para poder afrontar los cambios del entorno y del mercado. Pensar que Internet es una moda pasajera, o no entender a las nuevas generaciones de clientes; pueden ser síntomas de que tu empresa está enferma de miopía.
- Osteoporosis: la enfermedad que debilita los huesos que sustentan el cuerpo del ser humano, también puede ser un síntoma de que tu empresa está enferma. En este caso lo que sustenta un negocio son las finanzas. Una adecuada estructura financiera, un amplio margen de beneficio, y unos ingresos sólidos, pueden sostener a cualquier negocio durante toda una vida.
- Trastorno bipolar: si tratas muy bien a tus clientes, pero muy mal a tus empleados, entonces tu empresa está enferma. Recuerda que unos empleados motivados son la base para tener un cliente satisfecho.
- Artrosis: la enfermedad de las articulaciones, también afecta a las empresas. El tiempo desgasta todo, hasta a la roca más dura, por eso la empresa puede volverse lenta con el paso del tiempo, poco innovadora, anclada en el pasado y en la burocracia organizativa.
- Paranoia: una de las enfermedades más peligrosas, y se refiere a los excesivos miedos por parte del empresario; por tanto, no es capaz de arriesgar e innovar, hasta quedarse estancado.
Pero cualquier “doctor” puede intervenir para dar tratamiento a las empresas? La respuesta es "no", ya que existen numerosos servicios que anuncian la cura milagrosa a las patologías empresariales; y puede suceder que ciertas veces el empresario también es parte de la “enfermedad” o problema, y para lograr cambios reales en una empresa, es la cabeza quien debe ser el detonador y el líder del cambio, siendo así parte de la solución. La cabeza debe entender primero dónde está parado, sus limitaciones y alcances, comprender el origen para entonces tomar acciones, de lo contrario, cualquier persona le va prometer cambios maravillosos sin meter las manos y esa es una promesa difícil de cumplir. Ya que una empresa exitosa es el reflejo de su líder, de sus hábitos, de su forma de trabajar, de su filosofía y hasta de su moral.
Una empresa es el reflejo de su gente, y de su líder principalmente. Un líder insano, derivará inevitablemente en una empresa enferma.
La Empresa como un "Ser Vivo" que impacta en la Sociedad
Independientemente del sector al cual se dediquen, las compañías producen consecuencias: sociales, económicas y medioambientales en la sociedad, en sus individuos y en el entorno en el cual opera. Por tanto, el impacto social en una empresa es la huella que su actividad deja en la comunidad.
Comprender que las empresas cumplen con todas esas funciones, nos obliga a tomar el compromiso de precautelar su vida con mucha responsabilidad. Por ello, exponer este compendio tiene el objetivo de visibilizar, no sólo las 7 Enfermedades Empresariales; sino que, sirva para llevar a cabo una profunda introspección en sus negocios, reconociendo si padecen alguna de estas patologías y tomar el compromiso de curarla, saliéndose de la "zona de confort", apostando a una continuidad sana en el mundo empresarial.
Suele suceder que al analizar todo lo que han logrado y lo que pueden perder, los empresarios consideran que la siguiente fase será un abismo. Por eso les resulta más fácil ser cautos y permanecer en lo que ya conocen y que les da certidumbre: la "zona de confort". Cuando las organizaciones logran vencer esos miedos y continúan con nuevos objetivos, experimentando y renovándose, entonces llegan a lo que se denomina la "zona mágica", en la que vuelven icónicas.
Las empresas tienen una gran misión como generadoras de oportunidades, motor de desarrollo social y productoras de riqueza. No permitamos que ningún factor corregible termine con su existencia, así que pidamos ayuda a tiempo. Y si desde tu visión de colaborador, detectás que en tu empresa se está atravesando por alguna de las situaciones que describimos, transmitíselo a tus superiores y sentite parte de la solución.
Seamos todos agentes de cambio, porque ningún paso es pequeño cuando nos acerca poco a poco al objetivo.
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